Un gremio de la AFIP quiere minimizar el Impuesto a las Ganancias de los trabajadores, y que se vuelque al consumo. Qué impacto tendría en la economía.
Por: Santiago Spaltro
Un nuevo blanqueo de la economía, ya no desde las grandes empresas argentinas sino a través de los trabajadores de clase media-alta del país. Eso es lo que se propone un grupo de empleados jerárquicos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), mediante múltiples deducciones en el Impuesto a las Ganancias.
El proyecto de ley que presentó en el Congreso la Unión del Personal Superior de la AFIP (UPSAFIP) implica un cambio radical: todos los consumos domésticos se podrían deducir del pago del Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría (ingresos de los trabajadores que hoy cobran más de $ 330.000 brutos por mes). Así, entienden, se podrá formalizar la economía, hoy con un 40% a 50% de actividad «en negro».
Según los autores del proyecto, que es una idea de la contadora Mariana de Alva –secretaria de la seccional Buenos Aires de USPAFIP-, la recaudación de AFIP por Ganancias de la cuarta categoría es cercana a los $ 40.000 millones por mes o un 18% del total del impuesto. Casi un millón de trabajadores lo pagan.
Mediante múltiples deducciones, se podrá volcar ese dinero al consumo y se recuperará mediante el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros tributos, al tiempo que se impulsará la formalización, ya que -entienden- los ciudadanos optarán por comprar en locales y establecimientos que otorguen factura.
«No se prevé la emisión de circulante ni de endeudamiento ni externo ni interno, pero si una inyección de flujo circulante igual al 90% de la recaudación de este concepto impositivo. Esto generará un espiral expansivo de la economía en su conjunto, no permitiendo la salida de dólares. Se busca entonces que la dinámica económica no genere inflación, más allá de la producida por exceso de demanda», remarca el proyecto de ley, que -cuentan los empleados de AFIP- fue bien visto por el senador nacional por Chaco Antonio José Rodas (Frente de Todos).
Las deducciones se podrán aplicar a consumos tan diversos como cursos y formación en el país, ropa, alimentos, elementos de higiene y limpieza, medicamentos, tratamientos e intervenciones médicas, servicios de asesoría y representación jurídica, notarial, contable, conectividad digital, estacionamiento, mantenimientos de vehículos, gastos de movilidad y viáticos, peluquería, higiene y cuidados personales, gastos en bares, restaurantes y salones de eventos, clubes, colegios, alquileres, cuotas de créditos hipotecarios, tarifas de la energía y seguridad, entre tantos otros.
Múltiples consumos se podrán deducir de Ganancias. Habrá un fomento a que los ciudadanos pidan rebajar los precios de locales que no dan ticket.
Para los autores, los ciudadanos estarán en su derecho de pedir que quienes no entreguen ticket rebajen en hasta un 46% el precio de sus productos, al ahorrarse el pago de impuestos como IVA y Ganancias.
El proyecto de ley está acompañado por otro, que tiene el fin de fomentar la compra de acciones de empresas estratégicas nacionales que deberá definir el Estado -como YPF, Aerolíneas Argentinas, y otros sectores como el litio y los alimentos-, que tendrán un capital del 51% estatal y ayudará a «no depender de inversión externa, concentrar el ahorro que va a dólar y evitar la concentración y extranjerización de estos recursos».
Los empleados jerárquicos de AFIP habilitarían un «control temporal de precios» para evitar inflación por «exceso de demanda de bienes y servicios» y quieren volcar a la calle a unos 2 millones de inspectores, «exigiendo factura por todo».
Como los empleados de AFIP cobran un bono del 70% de sus ingresos si la recaudación tributaria crece considerablemente, están seguros de que estos proyectos harán aumentar los recursos y no hacerlos caer.
Fuente: Cronista.com
